Este ultimo puente del día de las Islas Baleares decidimos visitar Galicia, ya que ninguno de nosotros lo conocía, buscamos y encontramos unos vuelos baratos hacia Santiago de Compostela y preparamos una escapada.
Para llegar al centro de Santiago desde el aeropuerto cogimos el autobús, cuesta 3€ por persona y se puede comprar por Internet, eso sí, con un día de antelación, nosotros lo compramos directamente al conductor. La parada más cercana a nuestro destino fue la Plaza Galicia y se tardamos unos 35 minutos.
Nuestro alojamiento, el Hostal Mapoula, no pudo tener mejor ubicación, 5 minutos hasta la catedral, 30 segundos a la parada de autobús, en pleno centro histórico cerca de los bares y restaurantes pero sin ruido.
Esta claro que uno de los motivos de nuestra visita a Galicia fue la comida, especialmente el marisco. En Santiago, tras nuestra experiencia, destacaríamos cuatro sitios que nos gustaron mucho.
Bar La Tita, donde tu caña, o cualquier tipo de bebida, te la sirven con una tapita de tortilla española, que es la mejor tortilla que hemos probado, con una ración que te quedas medio cenado. Fuimos dos veces, para cenar, y tuvimos que esperar un ratito en la barra mientras se libreaba alguna mesa, valió la pena. Probamos el pulpo a la feria y mejillones al vapor, todo super bueno. El personal del restaurante es muy simpático, además el precio es más que razonable.
O gato negro, lo visitamos por las recomendaciones en Tripadvisor y fue todo un acierto. Es un sitio pequeño con pocas mesas, para poder sentarse y comer tranquilo te recomiendo llegar a la hora que abren. Comimos empanada gallega, berberechos al vapor, gambitas cocidas… todo de maravilla.
Mesón el Bombero , lo encontramos por casualidad paseando por las calles de Santiago y decidimos probar el menú de mediodía que ofrecen. Incluye platos como pulpo a la gallega, tabla de quesos, lacón y la comida es casera.
Marisco-Mania, se trata de un sitio en el mercado de abastos, donde llevas las cosas que te compraste en el mercado y ellos te las cocinan por 5€. Primero tienes que ir reservar la hora cuando llevas tus cosas y vuelves para comerlas a la hora que has reservado. El pan, bebida o café te lo cobran a parte.
Entre restaurantes y bares , siempre acompañados por lluvia, también le dedicamos tiempo a la visita cultural de Santiago, una ciudad llena de monumentos e historia.
Empezamos por la Catedral de Santiago, vistamos el interior y las terrazas. Entrar en la catedral es gratis, pero para entrar en el museo o subir a las cubiertas hay que comprar una entrada.
Para las terrazas las tienes que reservar a una hora concreta, el recorrido se hace con un guía y se visita el Palacio de Xelmirez, se sube por unas estrechas escaleras hasta llegar a las terrazas, desde allí tienes unas buenas vistas a la cuidad. Nosotros las visitamos al mediodía y tuvimos mucha suerte porque justo dejo de llover.
Al salir de la Catedral nos encontramos en la plaza de Obradoiro, la principal y mas famosa del todo Santiago y donde encontraras el Hostal de los Reyes Católicos, antiguamente conocido como Hospital Real de Santiago y que fue construido por los reyes para dar auxilio y descanso a los que lo necesitaban tras final el Camino. Puedes visitar su parte histórica pagando una entrada en la recepción de Hostal, nosotros solo lo vimos solo por fuera.
Otra de las visitas imprescindibles es el Monasterio de San Martin Pinario, fundado en el siglo X. Las entradas que cuestan 4€ por persona las compramos en la entrada del monasterio y hicimos toda la visita acompañados de un guía que nos contó la historia, visitamos el monasterio, la iglesia y la parte posterior de altar.
Si paseas por el casco antiguo de Santiago hay algunos pequeños detalles que no se te pueden escapar como la sombra del peregrino, las 2 Marías , el Jubileo Pagano o los muchos símbolos que se encuentran en las casas de la ciudad vieja y que se usaban en la edad media para poder identificar de quien era la propiedad, puedes encontrar símbolos como cáliz, cinco estrellas, pino o las conchas de vieira, el símbolo de los peregrinos.
Así que si vas a Santiago, pasea con tranquilidad, disfruta de la comida y, sobre todo, no te olvides el paraguas. 🙂
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