El Hotel Adriano lo cogimos por casualidad, en realidad habiamos escogido otro pero debido a un overbooking nos ofrecieron este y la verdad, que nos ha salido muy bien.
Esta situado en pleno centro de Roma, a pie de todas las atracciones, pero en una callejuela tranquila, para que, después de un largo día, puedas descansar bien y sin ruido.
Desde la entrada a la recepción nos encantó su decoración, que encajaba perfectamente con la antigua Roma.
El Hotel tiene varias zonas de descanso con butacas y sofas para poder leer o charlar, ademas tiene un «Gyn Corner» que solia esta animado por la tarde/noche.
La habitación y el baño estaban reformados, con una cama grande y cómoda y un gran ventanal dando a la calle.
En el hotel teníamos también desayuno, no había gran variedad, pero era mas que suficiente, no faltaban los huevos y bacon, mis preferidos para desayunar.
En resumen, este Hotel es una muy buena opción de alojamiento en Roma, cuando volvamos repetiremos sin duda.
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