Este puente de agosto aprovechamos para visitar algo más de mi tierra, ir mas alla de Bratislava y hacernos un road trip por Eslovaquia.
Esta vez decidimos viajar con nuestro nuevo miembro de familia Stela, una pequeña fox-terrier, asi que cogimos los vuelos hacia Viena con Vueling, que acepta mascotas en cabina.
Alquilamos un coche a través rentalcars en Abrix Auto, una agencia de Bratislava, nos salió mucho más económico que con las compañías internacionales y además nos trajeron coche directamente a Viena, por lo cual nos ahorramos el autobús hacia Bratislava.
Nuestra primera parada fue Trencin, una cuidad a unas dos horas de Bratislava y con un castillo que la vigila desde hace siglos y que fue el motivo de nuestra visita.
Para dormir buscábamos un sitio donde aceptaran a Stela, que tuviera parking gratuito y que no estuviera lejos del centro, por la relación calidad precio escogimos la Penzión pod Brezinou, un pequeño hotel, nuevo y moderno.
Tuvimos suerte y en estos días se hacían visitas nocturnas de castillo con una representación de torturas, en clave de humor, de la edad media.
Dentro del castillo no permitían la entrada a las mascotas así que Stela se quedo en el hotel. El castillo esta muy bien conservado y es una visita que vale la pena.
A la mañana siguiente desayunamos en el centro de la cuidad, dimos una vuelta, hicimos un par de fotos y nos pusimos en marcha para nuestro siguiente destino, Vlkolinec.
Vlkolinec es un pequeño pueblo en la montaña que se conserva como si no hubiera pasado el tiempo con las casas típicas de Eslovaquia, esta declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Puedes pasear por el pueblo sin pagar ninguna entrada pero, si quieres visitar alguna de las casas que ahora funcionan ahora como museos tienes que pagar una entrada, esa entrada te da acceso a 5 de ellas.
Tras la visita teníamos ya bastante hambre asi que nos paramos a comer “bryndzove halusky”, plato típico de Eslovaquia, en “Salas Krajinka”, una especie de granja típica de mi país, que está a media hora en coche desde Vlkolinec.
El sitio suele estar bastante lleno así que tuvimos que esperar un rato, pero la comida es buenísima, además, nos dejaron entrar con Stela dentro de restaurante.
Si viajáis con niños es una parada muy interesante ya que podéis ver las ovejas de las que se obtiene la leche para hacer “bryndza”, los patos, las vaca y las cabras de la granja.
No os olvidéis al iros comprar para el camino alguno de los pasteles que hacen en la pastelería, una cabaña ubicada en el mismo recinto, la reconocerás por la cola de gente.
Este día fuimos a dormir en Presov, en casa de mis padres e hicimos una barbacoa, si no tienes familia en Presov como yo, mi recomendación es ir a dormir a Kosice.
A la mañana siguiente dimos una vuelta por el centro de Presov y la tarde la aprovechamos para visitar Kosice, la segunda cuidad mas grande de Eslovaquia y en lado opuesto de Bratislava.
En Kosice vale mucho la pena visitar su casco histórico, la catedral de St. Elizabeth construida en estilo gótico, ver el edificio de teatro, refrescarse al lado de una fuente y disfrutar de un helado en alguna de muchas terrazas que están en la zona peatonal.
Si te quieres quedar a dormir en el Kosice, te recomiendo el Hotel Hilton, en el pleno centro histórico.
Nosotros volvimos a Presov y al día siguiente hicimos una escapada de un día para ver el espectacular castillo de Orava, conocido por las películas como Corazón de Dragon, Eragon o Nosferatu.
Una vez en el castillo, puedes elegir alguno de los tres circuitos que ofrecen, nosotros cogimos el completo y duro algo mas de dos horas. Hay visitas guiadas en el inglés, en nuestro caso hicimos el tour en eslovaco y yo era la interprete para Emilio. Stela se quedo afuera esperando con mi mama, las mascotas no pueden entrar en el castillo.
Al acabar la visita comimos unas tortitas de patatas (zemiakove placky) en el restaurante justo debajo de castillo, tienen terraza y los perros pueden entrar 😊.
Aunque nosotros regresamos a Presov, si os apetece, os podéis quedar a dormir debajo de castillo y aprovechar de las actividades como rafting o paseos a caballo
A la mañana siguiente salimos pronto ya que nos esperaban dos castillos más, el castillo de Spis, a una media hora desde Presov y el castillo de Bojnice a mitad de camino hacia Bratislava.
El castillo de Spis es el castillo medieval más grande de Europa Central y puedes disfrutar sus vistas ya directamente desde autopista que nos lleva prácticamente hasta abajo del castillo. Si habéis visto la película Dragonheart, Avalon o La ultima legión, seguro, que os suena.
El castillo está en ruinas y lo están reformando, la mayor parte es solo estructura así que, excepto en la visita del museo, nos pudo acompañar Stela. Desde el castillo hay unas vistas muy bonitas a toda la región de Spis.
Despues de la visita teníamos hambre y nos paramos en “Spissky salas”, otro típico restaurante eslovaco. Emilio comió esta vez “bryndzove pirohy” (pasta rellena con bryndza) y yo pasta rellena con mermelada (lekvarove pirohy).
Al acabar de comer condujimos casi tres horas para llegar hasta castillo de Bojnice, nuestra ultima parada. Este castillo es mi preferido desde que era pequeña, fui muchísimas veces y quería que lo viera también Emilio.
Es un castillo como sacado de un cuento, de hecho, aquí se grabaron muchos cuentos eslovacos y la serie Fantagiro.
Tanto el exterior como el interior están muy bien conservados, las habitaciones están amuebladas y preparadas como si sus habitantes tuvieran que venir en cualquier momento e invitarnos a una cena real.
Si visitáis Bojnice a principio de Mayo podeis asistir en el Festival internacional de los monstruos y fantasmas, se hacen muchas actuaciones y en la visita del castillo siempre te acompaña algún fantasma o ser mágico.
La última noche antes de ir a aeropuerto de Viena, decidimos pasarla aquí, en Bojnice, en el Hotel Bojnický Vínny Dom, desde el cual tuvimos unas perfectas vistas al castillo y además aceptan mascotas. Vale la pena verlo iluminado por la noche, te sientes como en otra época.
A la mañana siguiente cogimos coche y nos fuimos al aeropuerto de Viena, tardas casi tres horas, por el camino paramos en una gasolinera cerca de Bratislava para comer queso frito con patatas, uno de nuestros platos favoritos. En muchas de las gasolineras de Eslovaquia se come muy bien, la comida esta hecha al momento y esta muy bien de precio.
Esto fue nuestra ruta por una parte de Eslovaquia, se puede modificar un poco para no hacer tantos saltos como hicimos nosotros para ir a Presov, pero es un país pequeño y las distancias son relativamente cortas.
Por falta de tiempo y porque ya hemos estado otras veces no incluimos las Tatras en este viaje, si tienes tiempo y te gusta la naturaleza (o el esquí si vas en temporada), te recomiendo incluirlas en tu itinerario.
Aunque muchos españoles no conocen de Eslovaquia más que Bratislava, si te gustan los castillos, la historia y la naturaleza, disfrutaras de un road trip por el país.
Leave a Reply